Siento una inmensa alegría al constatar, una vez más, el poder de transformación que experimentan las personas cuando hacen un curso con nosotros en el IESE. Esta semana la pasaré con un grupo de 40 Danoners -como les gusta llamarse a sí mismos- venidos de muchas partes del mundo y que no se conocían previamente. Vienen de divisiones distintas: lácteos, aguas, alimentación infantil y alimentación para mayores. Lo que les une es una empresa llena de grandes propósitos y nuestra escuela que les acoge y les hace salir de sus círculos de confort.